Como bien sabéis la semana que viene estaremos realizando unos talleres muy interesantes en Ávila, junto con el Foro de la Industria Núclear Española en Ávila. Estos talleres, como hemos podido anticiparos ya a través de nuestras redes sociales, serán sobre el asombroso mundo de los cristales.
A nuestro alrededor, cada día, tenemos muchísimos objetos fabricados con cristales, de mil formas diferentes, como por ejemplo la electrónica actual, el maquillaje y muchos medicamentos. Sin embargo, la mayoría de nosotros rara vez nos paramos a pensar:
¿Qué es un cristal?
La palabra «Cristal» viene del griego krystallos, que a su vez venía de Kryos que significa frío, recordándonos de este modo al hielo. El significado de la palabra fue evolucionando para designar la transparencia de ciertos minerales como por ejemplo el Yeso (sulfato de calcio dihidrato: CaSO4·2H2O), también llamado “Lapis Especularis, Selenita o Cristal de Hispania”, pues en la época del Imperio Romano, hacia el siglo 73 A.C, este mineral se extraía desde la mina de Segobriga en Cuenca, para trasladarlo hacia numerosos emplazamientos del Imperio y principalmente Roma con el fin de ser utilizado en cerramientos de ventanas, invernaderos, etc.
¿Pero entonces nuestras ventanas son de yeso?.
En general, nuestras ventanas se encuentran hechas de “vidrio”, un material descubierto en el siglo 1 D.C. que se encuentra en la naturaleza pero también puede ser producido por el ser humano siendo más barato de obtener, por lo que rápidamente sustituyó al uso anterior de los cristales de yeso, etc.
Otra diferencia frente al vidrio que hace a los cristales tan fascinantes, es que sus moléculas muestran en un “patrón ordenado”, sin embargo en el vidrio estas, están dispuestas de forma irregular. Esto le confiere al cristal propiedades alucinantes.
¿Y cómo es posible que las moléculas que forman los cristales se organicen de manera tan perfecta de forma natural?
La organización de los cristales hace que puedan ser considerados como moléculas colosales, de tamaño macroscópico y su calidad, tamaño, color y forma depende de muchas variables como la composición de los gases o líquidos que los forman, las temperaturas y las presiones con las que se obtienen.
El proceso de formación de cristales se llama “cristalización”, que es un cambio de estado, un proceso químico donde las moléculas establecen enlaces hasta formar una red cristalina.
En nuestros talleres de la semana que viene vamos a experimentar con el proceso de cristalización de diferentes compuestos.
Pero si no podéis aguantar las ganas hasta la semana próxima, os dejamos unos ejemplos impresionantes que podéis encontrar en nuestro país como son: las minas de Segóbriga y la Geoda de Pulpí, la segunda geoda más grande del mundo documentada hasta la fecha, la primera es la de Naica en México.
La información del texto ha sido extraida del documental «El misterio de los cristales gigantes» de Javier Trueba.